sábado, 31 de enero de 2009

Leyenda contra Cenicienta en partido del Super Bowl








TAMPA, Florida.- Los Steelers de Pittsburgh han sido sinónimo de éxito en el Super Bowl con la estabilidad fomentada por sus dueños, sus entrenadores brillantes y su estilo concentrado en la defensiva.

De ganar mañana domingo, conquistarán su sexto título del Super Bowl, un récord, y son favoritos por seis puntos y medio en los pronósticos frente a los Cardinals de Arizona.

Sí, los Cardinals están en el Super Bowl. Ellos son una dinastía completamente opuesta a la representada por los Steelers. Desde la década de los 50 han sido los eternos perdedores de la NFL.

Es fácil creer que los Steelers han regresado al Super Bowl, cuatro años después de ganarlo en su última aparición. Pero resulta muy difícil considerar que los Cardinals tienen posibilidades de darles pelea.

Así, este Super Bowl confronta a equipos contrastantes, el fuerte contra el débil, la historia memorable contra los antecedentes para el olvido. Pero nada de eso importará en el terreno.

“La herencia es algo de lo que uno debe preocuparse sólo después de la temporada”, dijo el safety de los Steelers, Troy Polamalu.

“Resulta emocionante el ser parte del equipo que ha llevado a esta organización a un lugar en el que no había estado antes”, consideró el quarterback de los Cardinals, Kurt Warner. “Es algo que uno no cambiaría por nada”.

Los de Bill Cowher al frente del equipo. Nadie puede menospreciar esa historia, pese a que el entrenador actual, Mike Tomlin, ha estado en el puesto sólo dos años y tiene pocos vínculos con Noll o Cowher.

El domingo, cuando los jugadores de los Steelers miren a la tribuna del Raymond James Stadium y vean las toallas amarillas agitadas por los aficionados, comprobarán que cualquier jugador de Pittsburgh tiene que responder por el orgullo de esta franquicia.

Los Steelers ganaron el Super Bowl en 1974, 75, 78, 79 y en el 2005. Están empatados con Dallas y San Francisco con el mayor número de títulos.

Para los Cardinals, tan sólo llegar a los playoffs parecía un sueño. Desde 1988, cuando se mudaron de San Luis a Arizona, han tenido sólo dos campañas con más triunfos que derrotas.

En 1997, vencieron a Dallas para lograr apenas la segunda victoria del equipo en la postemporada en toda su historia.

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